En una abadía alejada de toda civilización, vivían unos monjes que había hecho voto de silencio: no podían hablarse, ni hacerse ninguna seña entre ellos. Además, vivían alejados de cualquier contacto con el exterior. Sólo se reunían una vez al día para cenar, y posteriormente se retiraban a sus aposentos.
Llegado el día, durante la cena el monje jefe rompió el voto de silencio y se dirigió al resto, diciendo: "La abadía ha sido infectada por la enfermedad del punto lila. A los enfermos les sale un punto lila en la frente. El que sepa que está afectado, deberá suicidarse inmediatamente, pues se trata de una enfermedad mortal, y es la única manera de erradicar la enfermedad".
Tras decir esto, los monjes, sin hacerse señal alguna, se fueron a sus habitaciones. En ellas no tenían ningún objeto reflectante ni ninguna manera de verse la cara. Al día siguiente, todos se reunieron otra vez para cenar. Nadie dijo nada, ni nadie hizo ninguna seña a nadie.
Aquella misma noche se suicidaron los 2 monjes que estaban infectados. Estaban infectados ya en la cena en la que habló en monje jefe. Pensad que los monjes no dudaban de la lealtad de sus compañeros, y de su capacidad lógica.
¿Cómo supieron que padecían la enfermedad? ¿Porqué se suicidarons la segunda noche, y no la primera?
Este es mi juego de ingenio preferido. De hecho, os he puesto una versión simplificada del original. Si de verdad queréis sacar nota, dejadme que cambie esto: Imaginad que los monges se suicidaron la 10ª noche. ¿Puedes deducir cuantos estaban infectados y porqué no lo deducieron hasta la 10ª noche?
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